El
Desvelo Ediciones; El Legado del Barón, Santander, 2017. (Propiedad
personal)
Directa
Potente
Lenguaje literario de
alta definición
Feminismo en estado
puro
Enérgico monólogo de
más de 200 páginas que relata, con sorprendente agilidad en un río interminable
de palabras, la justificación personal de una venganza y el alegato feminista
desde la cárcel de una mujer condenada por homicidio. A la manera de Cortázar
en Rayuela, pero aún más radical en
la desobediencia a la sintaxis académica y a los signos de puntuación. Y lo
mejor, sin perder sentido; más aún, en este caso la sucesión de la narración sin puntos ni comas logra elevarlo para presentarnos con mayor énfasis el dolor mental
o la angustia de la soledad.
En su discurso, la
protagonista incorpora a la suya las voces de cuatro generaciones de su
familia: Abuela, Madre e Hija, voces femeninas diferenciadas para denunciar el
sometimiento de la mujer egipcia, por fuerte que ésta sea; para alzar su grito
feroz contra la crueldad y los crímenes impunes de la sociedad patriarcal. No creo yo en la existencia de una literatura
femenina, pero sí se puede hablar en ciertos casos, y éste es uno de ellos,
de una especial sensibilidad de las mujeres escritoras para tratar y sentir determinados
temas.
Llama la atención la persistencia
de una tensión narrativa constante, sobre todo porque no hay intriga ni
misterio alguno que resolver, ya que el conflicto principal se revela en las
primeras páginas. Es el interés por lo que esta mujer humillada y presa cuenta de modo muy especial
lo que te mantiene en vilo. Y el que Pilar Salamanca sabe aderezarlo con imágenes y
recursos de profundo calado: ya no
palabras atropellándose sin poder salir de la boca sino nudos de saliva
congelada enganchados al velo del paladar (pág. 188) las recuas de sus caballos bramando de pánico (pág. 191) sus ojos como los botones de un capitoné (pág.
205)
Ambientada en Cairo,
aborda sin ambages una amplia temática social de planos aterradores: abusos
incestuosos, ablación, tortura, violencia, cárceles cloaca… y expresa con singular emotividad actitudes y
sentimientos como el valor y la resistencia, la vergüenza y el odio. Sorprende
la franqueza inusitada en torno a la opresión de la mujer y sus temas
colindantes, siempre censurados, como el acoso sexual, el adulterio imaginado o
el asco atroz a cierto sexo matrimonial. Una muestra:
Lo que me recuerda que en los primeros tiempos de nuestro matrimonio
cuando tocaba justo lo contrario es decir cuando tocaba desvestirse yo me
dejaba encima sólo el temblor y la verguënza pero Sadek no pestañeaba por más
que ante sus ojos yo apareciera como una muñeca protegida por las telarañas o
más bien como la sombra grotesca de un
deseo congelado mientras él no podía dejar de flotar hasta que con el
paso de los minutos se iba haciendo más pesado y volvía a poner pie en tierra
forzando la respiración para aparentar supongo algo de humanidad y no su ser de
buitre carroñero y sólo este esfuerzo le hacía derramarse encima de mi piel sin
llegar a y había que verme cuando daba un respingo al sentirme chorrear con su
misma asquerosidad y claro está eran éstas una serie de ensoñaciones que se
repetían con frecuencia acompañadas casi siempre por el recuerdo de gestos
triviales como aquel de Fahmi sonriente en la tarde de su despedida
inclinándose para recoger el chal que yo había dejado caer a propósito en el
umbral de mi puerta toda su vida ya digo y también la mía concentrada en ese
único gesto él sonriente agachándose una y otra vez para recoger mi chal
mientras Madre nos observaba a los dos desde la ventana jugando a hacerse la
distraída aunque enseguida ya estaba otra vez Sadek sujetándome y volviéndome
de espaldas y entonces todo volvía a estar claro y confuso a la vez sus manos
mi pelo desanudado el primer grito de pánico mis pies buscando el inútil apoyo
del aire y también su olor a viejo aquella boca quemando mi cuello de
bestezuela lampiña y trémula sobre la cama con ese aspecto irrisorio que tienen
los cuerpos cuando están asustados
Y después enseguida nació Maati y
durante algún tiempo él me dejó tranquila (pág. 166)
Por último, destacar la
belleza de la edición de El Desvelo: cubiertas e interior, ilustraciones de
pájaros símbolo, calidad y color del papel. Y el detalle novedoso de textos en el
margen izquierdo de las páginas, que destacan en letras mayúsculas fragmentos
del monólogo que así resaltan el alcance de su significado. Ignoro si es idea
de la autora o forma parte de la labor de este editor cuidadoso. Es la primera
vez que veo este recurso y creo que
queda muy bien en este sugestivo relato.
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