lunes, 7 de enero de 2013

CARTA ABIERTA AL RECTOR DE LA UC


CARTA ABIERTA AL RECTOR

SOBRE MANUEL FRAGA EN LA UC

        

          Estimado Rector de la Universidad de Cantabria:

 

         Leo con cierta sorpresa y disgusto que los actuales dirigentes del CEUC han invitado a Manuel Fraga Iribarne como “Padre de la Constitución” para culminar el I Día del Alumno en nuestra Universidad, viernes 19 de octubre a las 12:00 horas en la Facultad de Derecho y Económicas.

          Más allá de la autonomía de los representantes de los estudiantes  y del derecho de toda persona a expresar de forma pacífica sus ideas y opiniones, incluidos quienes se enfrentaron con toda firmeza a su ejercicio y logro en nuestro país, me parece ésta una mala noticia para la UC, dada la destacada la significación del Sr. Fraga en relación con su negro pasado en la vida universitaria española.

         Aquella famosa frase suya de  “La calle es mía”, en no tan lejanos años, encerraba algo más que una expresión provocativa, casi chulesca: era la seria advertencia de que los universitarios (y por supuesto todos los sectores populares) no podíamos salir a la calle a reclamar las libertades democráticas y, como aún así, nos arriesgábamos, las inevitables consecuencias dictadas por este Ministro de la dictadura de Franco era la represión pura y dura: las cargas de los “grises”, las palizas en las comisarías, los expedientes académicos de expulsión, el estado de excepción, las multas gubernativas, los arrestos, los juicios penales, la cárcel…, la tortura incluso de su Brigada Político-Social para los más valientes y comprometidos.

         Hace falta acudir a la memoria histórica por un mínimo sentido de verdad y de justicia, por respeto a las víctimas que no pueden hablar, para no mixtificar burdamente el pasado y para que éste no vuelva a repetirse por simple ignorancia. Doctores tiene la UC para documentar de modo objetivo la trayectoria de Manuel Fraga y su acreditada capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos, incluyendo su falta de autocrítica por sus muchas acciones represivas y por supuesto no haber pedido perdón a nadie.

         No se trata ahora de que no pronuncie su conferencia, para pedir prohibiciones ya están todos los fanáticos y totalitarios (recordemos la arremetida contra el espectáculo “La Revelación” de Leo Bassi que nuestra Aula de Teatro programó el año pasado), sino de que nuestros jóvenes estudiantes sepan quién les dirige la palabra.

         Sabes, compañero Rector, que siempre me parece que el silencio es cómplice, por eso aunque a veces resulte poco cómodo hablar, te hago llegar una vez más mi voz discrepante a través de esta carta abierta.

         Recibe un cordial saludo, en Santander 17 de octubre de 2007

 

Fdo.: Isabel Tejerina

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