CARTA
ABIERTA AL RECTOR
SOBRE
MANUEL FRAGA EN LA UC
Estimado Rector
de la Universidad de Cantabria:
Leo
con cierta sorpresa y disgusto que los actuales dirigentes del CEUC han
invitado a Manuel Fraga Iribarne como “Padre de la Constitución” para culminar
el I Día del Alumno en nuestra Universidad, viernes 19 de octubre a las 12:00
horas en la Facultad de Derecho y Económicas.
Más
allá de la autonomía de los representantes de los estudiantes y del derecho de toda persona a expresar de
forma pacífica sus ideas y opiniones, incluidos quienes se enfrentaron con toda
firmeza a su ejercicio y logro en nuestro país, me parece ésta una mala noticia
para la UC, dada la destacada la significación del Sr. Fraga en relación con su
negro pasado en la vida universitaria española.
Aquella famosa frase suya de “La calle es mía”, en no tan lejanos años, encerraba
algo más que una expresión provocativa, casi chulesca: era la seria advertencia
de que los universitarios (y por supuesto todos los sectores populares) no podíamos
salir a la calle a reclamar las libertades democráticas y, como aún así, nos
arriesgábamos, las inevitables consecuencias dictadas por este Ministro de la
dictadura de Franco era la represión pura y dura: las cargas de los “grises”,
las palizas en las comisarías, los expedientes académicos de expulsión, el
estado de excepción, las multas gubernativas, los arrestos, los juicios
penales, la cárcel…, la tortura incluso de su Brigada Político-Social para los
más valientes y comprometidos.
Hace
falta acudir a la memoria histórica por un mínimo sentido de verdad y de
justicia, por respeto a las víctimas que no pueden hablar, para no mixtificar
burdamente el pasado y para que éste no vuelva a repetirse por simple
ignorancia. Doctores tiene la UC para documentar de modo objetivo la
trayectoria de Manuel Fraga y su acreditada capacidad para adaptarse a los
nuevos tiempos, incluyendo su falta de autocrítica por sus muchas acciones
represivas y por supuesto no haber pedido perdón a nadie.
No
se trata ahora de que no pronuncie su conferencia, para pedir prohibiciones ya
están todos los fanáticos y totalitarios (recordemos la arremetida contra el
espectáculo “La Revelación ”
de Leo Bassi que nuestra Aula de Teatro programó el año pasado), sino de que
nuestros jóvenes estudiantes sepan quién les dirige la palabra.
Sabes,
compañero Rector , que siempre me
parece que el silencio es cómplice, por eso aunque a veces resulte poco cómodo
hablar, te hago llegar una vez más mi voz discrepante a través de esta carta
abierta.
Recibe
un cordial saludo, en Santander 17 de octubre de 2007
Fdo.: Isabel Tejerina
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