UN ERROR IRREPARABLE Y LUCES EN LA SOMBRA
ISABEL TEJERINA
Profesora y actriz aficionada
(Artículo publicado en el Diario Montañés el 29 de mayo de 2013)
Este
debate nació como reacción ante un informe encargado por el propio Ayuntamiento,
ya que en el mismo –qué osadía- se señalaban algunos lastres de la vida
cultural santanderina. Una muestra de la resistencia a la crítica que ostentan
quienes administran nuestros presupuestos, acostumbrados como están a las
alabanzas y al servilismo de las camarillas de turno.
Las
opiniones vertidas sobre el futuro están
sirviendo para olvidar el pasado reciente. Una gran pantalla que ha desviado el
foco de atención sobre la ubicación del Centro Botín. La última paletada en el
entierro de la polémica sobre una decisión que transformará para siempre la belleza
de nuestra bahía. No ha habido manera de que el insigne banquero se convenciese
de que ésta era una oportunidad histórica para hacer algo realmente valioso por
su ciudad, situando su edificio en otro lugar, en una zona hoy deprimida, pero
de enorme potencial estético y urbanístico: el entorno de la Biblioteca
Central. El que realmente manda en Cantabria podría haber unido con facilidad mecenazgo
y verdadero progreso de la capital y aprovechar la ocasión para redimirse ante
el pueblo de algunos de sus pecados financieros. Ha optado por un gesto
narcisista y prepotente, que nuestros políticos tiralevitas le han aplaudido. Coincido
con otras voces en que se trata de un inmenso error.
Por
otro lado, más allá, o más acá, del macro diseño de anillos y ejes estratégicos
de la cultura institucional y subvencionada, cuya realidad es posible que nunca
traspase las fronteras de la pura especulación, quisiera destacar muy en
positivo la energía e iniciativa de gentes sin nombre, la presencia real de los
muchos amantes de la cultura que cada día la ejercen por puro amor al arte.
Cientos de aficionados a la música, la fotografía, el cine, la pintura, la
literatura o el teatro, que no se llaman a sí mismos artistas, pero que crean
cultura, muchas veces de indudable calidad, en barrios, foros alternativos,
blogs, talleres, tertulias, etc. Surgen espacios por doquier para unos creadores
que no sólo no reciben ayuda alguna, sino que bastantes veces han de poner su
dinero propio para cumplir sus ansias artísticas. Y cuyo número crece
precisamente en época de crisis. Porque en medio de la involución económica y
política que padecemos, la cultura nos es más necesaria que nunca: nos ayuda a
respirar, a pensar y a soñar.
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